Mi temor a la desaparición de la tierra rural, a que nuestros campos se vean sembrados de postes del tendido eléctrico. Los ríos, riachuelos y cañadas se conviertan en alcantarillas y desagües de nuevos pobladores que transformen los bosques, en selvas de edificaciones mal o bien diseñados, pero al fin edificaciones que quitarían espacios verdes a la faz de nuestra tierra.
Mis pesadillas traen las veredas boscosas con sus trinos de pájaros y la sombra de los árboles convertidos en largos caminos de asfalto y el bullicio de estar en un embotellamiento respirando el smog que envenena nuestros pulmones.
Existo en un mundo ilógico en el cual la tierra que produce fruto y alimento vale mucho menos que un puñado de metros urbanizados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario